Pudiendo parecer una paradoja, estas líneas pretenden explicar porque, si bien los magos viven de la ilusión y sobre todo de que la misma sea creída, ellos son de los más honestos profesionales, incluso al punto de ser abiertamente contrarios al uso indiscriminado de las “Ciencias Ocultas” para obtener provecho de los ingenuos.
En primer lugar se debe aclarar que los magos, los verdaderos profesionales, están plenamente concientes de que hacen magia, es decir, que mediante hábiles movimientos de manos, ingeniosos artefactos y muy bien pensadas puestas en escena, logran ofrecer al público sorprendentes espejismos que deleitan a crédulos y desconfiados. Esto último reviste importancia, pues no es necesario dejar de lado la visión escéptica para disfrutar los actos ejecutados por estos fantásticos artistas, por el contrario, el saber que detrás de sus alucinantes actuaciones está sencillamente su ingenio los hace objeto de admiración.
Por otro lado es importante recordar que los verdaderos magos, no pretenden convencer al público de que lo que hacen es producto de sus propiedades sobrenaturales, allí radica la sinceridad a la que hago referencia, al punto de que algunos de los integrantes de este gremio exponen sin tapujos su descontento ante farsantes que, en busca del financiamiento de incautos desesperados, puedan saltar a la palestra del engaño psíquico.
Uno de los magos defensores de la verdad es James Randi, fundador de la “James Randi Educational Foundation”, organización que se ha dedicado a la difusión de la visión crítica del universo, inclusive proponiendo el denominado “One Million Dollar Paranormal Challenge” (Reto Paranormal del Millón de Dólares), el cual dispone un premio de Un Millón de Dólares a cualquiera que pueda demostrar, bajo condiciones de observación y control adecuadas, que posee un poder sobrenatural o paranormal, o conoce de cualquier evento de igual naturaleza.
En este clan de prestidigitadores justicieros se incluye una pareja conocida como Penn y Teller, quienes a través de múltiples presentaciones han demostrado lo sencillo e ingenioso de los trucos de magia, así como también se sumaron a la propagación del escepticismo mediante el ácido y sobresaliente humor de su programa Bullshit!, cuyo título asoma que tiene por objetivo dejar al descubierto las andanzas de distintos mercaderes de la moral y las creencias.
Otro practicante de la magia escénica y acérrimo enemigo de los engaños es el más reconocido en círculos del espectáculo Chriss Angel, quien a pesar de ser excepcional exponente del ilusionismo, se plantó de forma enfática ante un concursante que participaba en el programa de la NBC denominado Phenomenon, pretendiendo hacer creer a la audiencia presente que su capacidad adivinatoria era producto de comunicación con un escritor estadounidense fallecido, provocando en Angel una gran indignación que puede verse en este video. Además de ello, Angel propuso el reto de que cualquier persona que pensara tener capacidades sobrenaturales para adivinar algo, indicara el contenido de un sobre que finalmente abrió en el capítulo final del show demostrando que no se presentó tal superdotado.
En primer lugar se debe aclarar que los magos, los verdaderos profesionales, están plenamente concientes de que hacen magia, es decir, que mediante hábiles movimientos de manos, ingeniosos artefactos y muy bien pensadas puestas en escena, logran ofrecer al público sorprendentes espejismos que deleitan a crédulos y desconfiados. Esto último reviste importancia, pues no es necesario dejar de lado la visión escéptica para disfrutar los actos ejecutados por estos fantásticos artistas, por el contrario, el saber que detrás de sus alucinantes actuaciones está sencillamente su ingenio los hace objeto de admiración.
Por otro lado es importante recordar que los verdaderos magos, no pretenden convencer al público de que lo que hacen es producto de sus propiedades sobrenaturales, allí radica la sinceridad a la que hago referencia, al punto de que algunos de los integrantes de este gremio exponen sin tapujos su descontento ante farsantes que, en busca del financiamiento de incautos desesperados, puedan saltar a la palestra del engaño psíquico.
Uno de los magos defensores de la verdad es James Randi, fundador de la “James Randi Educational Foundation”, organización que se ha dedicado a la difusión de la visión crítica del universo, inclusive proponiendo el denominado “One Million Dollar Paranormal Challenge” (Reto Paranormal del Millón de Dólares), el cual dispone un premio de Un Millón de Dólares a cualquiera que pueda demostrar, bajo condiciones de observación y control adecuadas, que posee un poder sobrenatural o paranormal, o conoce de cualquier evento de igual naturaleza.
En este clan de prestidigitadores justicieros se incluye una pareja conocida como Penn y Teller, quienes a través de múltiples presentaciones han demostrado lo sencillo e ingenioso de los trucos de magia, así como también se sumaron a la propagación del escepticismo mediante el ácido y sobresaliente humor de su programa Bullshit!, cuyo título asoma que tiene por objetivo dejar al descubierto las andanzas de distintos mercaderes de la moral y las creencias.
Otro practicante de la magia escénica y acérrimo enemigo de los engaños es el más reconocido en círculos del espectáculo Chriss Angel, quien a pesar de ser excepcional exponente del ilusionismo, se plantó de forma enfática ante un concursante que participaba en el programa de la NBC denominado Phenomenon, pretendiendo hacer creer a la audiencia presente que su capacidad adivinatoria era producto de comunicación con un escritor estadounidense fallecido, provocando en Angel una gran indignación que puede verse en este video. Además de ello, Angel propuso el reto de que cualquier persona que pensara tener capacidades sobrenaturales para adivinar algo, indicara el contenido de un sobre que finalmente abrió en el capítulo final del show demostrando que no se presentó tal superdotado.
Una vez dicho lo anterior, espero estén de acuerdo conmigo estimados lectores cuando digo que los magos no mienten, y si no que se lo digan a Harry Houdini, quien desenmascaró el espiritismo en la década de los veinte después de ser el primer gran mago mediático.
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