Bienvenidos amigos a Fabulopia, lugar virtual que estará destinado tanto a la divulgación científica como a evaluar desde el punto de vista racional la inmensa lluvia de engaños, artimañas, timos y otros quehaceres ocultos, mediante los cales los mercaderes del misterio pretenden poner marcha a atrás al avance de la Humanidad, devolviéndonos al lamentable oscurantismo del cual logramos salir, al menos parcialmente, gracias al esfuerzo y sacrificio de verdaderos héroes de la antigüedad (y si no que se lo pregunten a Galileo Galilei).
No quisiera parecer de entrada un contradictor recalcitrante de cuanta creencia existe, pero si considero de suma importancia que, entre otras joyas, las revelaciones, experiencias paranormales y promesas de cuerpos perfectos logrados con diez minutos de ejercicio a la semana de comerciales de media noche, sean observadas objetivamente con el fin de ir apartando paja y polvo de lo comprobable, al fin y al cabo si nos interesa perseguir la verdad, la ruta más razonable a tomar es ir descartando las mentiras.
En cuanto a la pretensión de encontrar la verdad, que puede parecer muy arrogante a primeras de cambio, es justo mencionar que ello puede ocurrir a distintos niveles. Si bien es cierto que este humilde espacio, quizás no podrá desvelar en su totalidad misterios trascendentales de la vida humana, si existe una muy alta probabilidad de que se dejen al descubierto muchos engaños cotidianos, ello sin dejar de discutir temas de mayor envergadura, cuya naturaleza pública y notoria haga imprescindible su disertación (si si, en serio…todavía hay quien cree en la creación).
No quisiera parecer de entrada un contradictor recalcitrante de cuanta creencia existe, pero si considero de suma importancia que, entre otras joyas, las revelaciones, experiencias paranormales y promesas de cuerpos perfectos logrados con diez minutos de ejercicio a la semana de comerciales de media noche, sean observadas objetivamente con el fin de ir apartando paja y polvo de lo comprobable, al fin y al cabo si nos interesa perseguir la verdad, la ruta más razonable a tomar es ir descartando las mentiras.
En cuanto a la pretensión de encontrar la verdad, que puede parecer muy arrogante a primeras de cambio, es justo mencionar que ello puede ocurrir a distintos niveles. Si bien es cierto que este humilde espacio, quizás no podrá desvelar en su totalidad misterios trascendentales de la vida humana, si existe una muy alta probabilidad de que se dejen al descubierto muchos engaños cotidianos, ello sin dejar de discutir temas de mayor envergadura, cuya naturaleza pública y notoria haga imprescindible su disertación (si si, en serio…todavía hay quien cree en la creación).
Así pues se abre al Ciberespacio esta pequeña ventana, que a riesgo de recibir las infaltables pedradas de la pseudociencia montando el corcel de la ignorancia, aguarda con esperanza (los escépticos tenemos esperanzas, solo que las basamos en estadísticas) que ustedes, los que dan crédito a la Ciencia y la Razón, le den vida mediante su permanente intervención y sana crítica, las cuales serán igual de bienvenidas que el mas obcecado arrebato de furia de uno de los antes referidos mentirólogos.