Pleno de disposición y buena voluntad este humilde
escéptico se dispuso a ver, o mejor dicho, contemplar un episodio del programa denominado “UFO Hunters”, el cual en claro castellano es denominado Cazadores de OVNIS, que fue tristemente transmitido por un canal que hace ya algún tiempo merecía toda mi admiración e interés, pero que en la actualidad no figura en el gran pedestal de la comunicación científica e histórica seria, producto de mecánicas de mercado de carácter evidentemente nocivo para la original identidad documental de el tan cambiado medio, cuyo nombre no mencionaré por razones de consideración mínima.
El espacio en cuestión refirió dos casos de avistamiento de luces nocturnas y explosiones sucedidos en Indiana, EE.UU., que según el “acucioso” y “objetivo” equipo de investigación del programa (nótese profunda y venenosa ironía en los textos entre comillas a lo largo de este artículo), eran atribuibles sin lugar a dudas a la visita de seres extraterrestres en sus furtivas naves.
En primera instancia, relataron el caso de un poblador de
Kokomo en el que se dieron los sucesos, según el cual el video aficionado tomado por el 16/01/08, de muy mala calidad como suele ocurrir con estos “irrefutables” documentos visuales, era prueba de lo que el susodicho morador inventó… perdón, definió como un OVNI en forma de torre (¡otra forma para la colección de morfologías de OVNIS!). Ante tal “evidencia” el equipo de “UFO Hunters” procedió con el más “estricto seguimiento del
método científico” a hacer sus “estudios” (recuerden la finalidad de las comillas en este texto).
Con un desparpajo casi grosero, basaron en la explicación del camarógrafo antes referido toda la reconstrucción de los hechos, colocando un automóvil como referencia en el lugar en el que aparecía uno durante la filmación nocturna, para luego y sobre la certeza de medición del “testigo” sobre la distancia del misterioso objeto avistado a su localización, efectuar una básica triangulación buscando la estimación del tamaño del indeterminable objeto… que siempre lució a simple vista como las luces del techo de una patrulla convencional situada solo unos metros más atrás del auto identificado en la cinta… si lo sé, puedo parecer aguafiestas pero esos son los hechos.
Una vez expuesto el misterioso caso de las luces de patrulla, que se mantuvo con respuesta pendiente por parte del inefable “Escuadrón Busca Espejismos” (una cariñosa aproximación del autor a este grupo), pasaron a otro suceso, ocurrido en la misma localidad de
Kokomo el 16/04/09, en el que varios testigos ubicados por el “respetado programa” (recuerde en este artículo comillas=sarcasmo rabioso) referían haber visto una serie de esferas de luz en el cielo, aparición seguida de un gran estruendo similar a una explosión. Los testigos dieron versiones más o menos concordantes las cales pasaron a ver individualmente.
Entre las más llamativas declaraciones, se advirtió la de una de las espectadoras del aterrador evento, que al día siguiente del evento se dirigió al lugar donde presuntamente habría caído el, o los objetos avistados, tomando fotos del mismo nivel esclarecedor del precitado video, es decir nulo. En las fotos se apreciaba un terreno obviamente tratado por herramientas de arado o algo similar y una carretera cerrada con dos vallas, producto de que muchos cuerpos de rescate y seguridad se apostaron en el lugar atendiendo a las múltiples llamadas de los moradores al 911, reconocido número telefónico de emergencia de los EE.UU.. Ante semejante prueba de normalidad en el proceder de los organismos de seguridad y la inexistencia de mayores estropicios en el terreno, la “agudeza” característica de los investigadores de lo paranormal los llevó a la irreductible conclusión de… si si como siempre… hubo una conspiración para ocultar las evidencias de la caída de un OVNI.
Como colofón del asunto uno de los integrantes del equipo de “UFO Hunters” se dirigió al terreno, casi un año después de lo sucedido, encontrando un hoyo de 2,5 mts. de diámetro por 1,5 mts. de profundidad, sobre el que se hicieron mediciones de emisiones magnéticas, para luego descubrir algo muy sorprendente… pues lo obvio para cualquier televidente con dos dedos de frente… era un hoyo cavado en el campo por cualquier mortal para efectos de sumidero, ja, ja, ja, ja, ja, es que estos misteriólogos son merecedores de un Emmy en la categoría de comedia!!
Finalmente ante la desesperada inexistencia de elementos concluyentes de una explicación extraterrestre de lo ocurrido, el equipo de “sesudos estudiosos” indicó que se haría una prueba que daría resultados definitivos, a la luz del análisis cuantitativo de la situación. Creo estar de acuerdo con Uds. estimados lectores, en que un análisis cuantitativo es aquel que se efectúa empleado herramientas comprobadas de medición, ante elementos cuya naturaleza permita una objetiva y precisa mesura, para finalmente, empleando métodos matemáticos concretos valorar los resultados obtenidos y emitir las conclusiones pertinentes, lo cual deja muy lejos de este ámbito a la apreciación subjetiva de testigos.
Hecha la aclaración anterior puedo entonces a mis anchas, y con la confianza dispensada por Uds., decir que el lamentable espacio televisivo no solo pretende probar excéntricas ideas infundadas, si no que mezcla elementos válidos del plano científico con sus patéticas paparruchas, queriendo a fuerza de la credulidad del televidente dar un halo de seriedad, a lo que no es más que especulaciones muy estéticamente presentadas.
Mi algo agresiva reacción se ve motivada a que, el ya nombrado más veces de las que quisiera equipo de “UFO Hunters”, reunió a todos los testigos ubicados en una casa para someterlos a un experimento con un cañón supersónico, persiguiendo simular condiciones similares a las percibidas por los ya bastante alienados conejillos de indias del programa, para luego, en función única y exclusivamente de las apreciaciones subjetivas de los participantes, determinar las características de la presunta explosión escuchada en el cielo de
Kokomo, Indiana el 16/04/09. Salta pues a la vista que la tan cacareada prueba cuantitativa no fue tal, como suele suceder con quienes manipulan experimentos y resultados a favor del crecimiento de ilusiones que dan mucho dinero, lo que recuerda al
método pseudocientífico.
El resultado del experimento, una razón más para sostener que la ciencia no es democrática pero definitivamente es justa, arrojó que al exponerse a un estruendo súbito en el orden de los 116 decibeles, dos de los sujetos encuestados, entre ellos el más cercano al suceso original (300 mts.), no sucumbieron ante la presión de las cámaras, ni de la reacción en cadena de los demás creyentes involucrados en el experimento, indicando fehacientemente que algo igual a eso fue lo que escucharon.
En conclusión, su propia telaraña los envolvió al punto de dejar en evidencia que una patrulla a lo lejos y un avión supersónico emitiendo bengalas, que luego rompió la barrera del sonido a baja altura, explican los misteriosos sucesos. Pero quizás lo más procaz de esta emisión fue que para cerrar el programa, se cerró con la afirmación de que no se había obtenido una explicación razonable, pues solo tenían la opinión de los testigos, por cuanto quedaba absolutamente latente la teoría del OVNI de Kokomo!!... a lo que inevitablemente debí gritar en mi ya atormentado cerebro ¡¡¡¿Y no fueron ellos mismos los que basaron tooooooooda esta tontería en función de testigos?!! ¡¡¡Terminaron donde empezaron, con nada, y para más me robaron una hora de mi tiempo!!!... para luego practicar la catarsis que comparto en estas líneas.
Creo que es importante destacar que la posición de este humilde
autor no es contraria a la posibilidad de vida fuera de la tierra, por el contrario, considero que en términos probabilísticos la existencia de vida, inteligente o no, basada en estructuras de carbono o no, fuera de los confines de nuestro sistema solar, es muy plausible, ello en función de la vasta extensión del universo y la configuración galáctica del mismo; lo que no podemos aceptar, y los incluyo en esta cruzada por la razón, es que tres mercaderes de la especulación, haciéndose pasar por investigadores, transmitan a la audiencia las correrías de sus febriles intentos por hacer existir algo de lo cual, aun no tenemos la menor prueba… bueno, no pidamos demasiado a un mundo en el que la muerte de un cantante pop lo paraliza todo, mientras el hallazgo de un
fósil antecesor del T-Rex de alrededor de 125 millones de años de antigüedad (para desgracia del Génesis), es lamentablemente obviado por la mayoría de la población… un descubrimiento científico nunca será tan cool como el Rey del Pop!!.